Silencio. Esta noche, de nuevo, he vuelto a despertar sobresaltada. Hoy
he vuelto a soñar contigo. A pesar de la cercanía, no hemos compartido
ni media palabra, tan sólo nos contemplábamos primero entre la multitud y
después sin permitir que el aire se moviese entre nosotros. Nos
encontrábamos en un baile. Ambos necesitábamos volver a bailar juntos, y
entonces, me abrazabas. Podía sentir tu cuerpo junto al mío. Pero no me
hablabas. Ansié una respuesta para cada una de las dudas que me
asaltan, pero tú callabas, tan sólo me mirabas. Dulce, tierno. De esa
manera tan tuya. Notaba encogérseme el pecho.
No recuerdo cuál fue la excusa para que bailáramos. No importaba, no hacía falta encontrar motivos para hacerlo. Sentí tu cuerpo contra el mío. El suave tacto de tu piel entre mis dedos. Anhelé poder sentir los latidos de tu corazón inquieto. Un corazón ahora muerto. Tu habrías podido sentir el mío si no hubiese sido tan sólo un sueño. Por unos minutos, se pasó mi tiempo. Volví a ser tuya. Al despertar, de nuevo mi rostro se encontraba bañado en lo que una vez fueron lágrimas. Pero únicamente fue eso, un sueño.
No recuerdo cuál fue la excusa para que bailáramos. No importaba, no hacía falta encontrar motivos para hacerlo. Sentí tu cuerpo contra el mío. El suave tacto de tu piel entre mis dedos. Anhelé poder sentir los latidos de tu corazón inquieto. Un corazón ahora muerto. Tu habrías podido sentir el mío si no hubiese sido tan sólo un sueño. Por unos minutos, se pasó mi tiempo. Volví a ser tuya. Al despertar, de nuevo mi rostro se encontraba bañado en lo que una vez fueron lágrimas. Pero únicamente fue eso, un sueño.