lunes, 20 de agosto de 2018

#LunesDeMierda: ‘Cómo auto boicotearte en una entrevista de trabajo’


Hoy en #LunesDeMierda: ‘Cómo auto boicotearte en una entrevista de trabajo’
En primer lugar, busca una oferta de empleo que se amolde perfectamente a lo que sabes hacer y te gusta. Inscríbete en ella tantas veces como puedas, es decir, en todos los portales que publiquen la oferta. Después, investiga un poco y consigue todas las cuentas de correo relacionadas con la empresa para enviarle de forma masiva tu CV y tu carta de presentación en la que explicas ampliamente por qué tienen que contratarte. Si no les llega que no sea porque no lo has intentado.
Mantente pendiente del estado de tu candidatura, y si ves que te ‘descartan’, busca a través de LinkedIn a alguien relacionado con la empresa para preguntarle por qué te han eliminado del proceso (esto último ha de leerse con acento latinoamericano neutro, quienes hayan visto 3% lo entenderán…). Cuando esa pobre alma te responda y te diga que va a hablar con RRHH porque eres lo que están buscando, mira impaciente tu teléfono hasta que suene, esto hará crecer tu hype por momentos y hará que vivas aún mejor el desenlace final.
Como tienes otro trabajo, mal pagado pero al que le estás cogiendo cariño (síndrome de Estocolmo, como te ha diagnosticado un gran escritor), cuando te llamen no podrás atender la llamada, pero no importa, porque ahí estarás tú, con tu hype dándolo todo, devolviendo la llamada justo al terminar tu jornada laboral, y pasándote veinticinco minutos hablando por teléfono, afónica perdida porque dos días antes se te fue la voz en un taxi y después decidiste que era una gran idea cantar el Sobreviviré de Mónica Naranjo en el karaoke un martes a las 3 de la mañana. Pero bueno, ahí estás tú, vendiéndote entre gallo y silencio mientras te asas de calor en el coche, al sol, a las dos de la tarde, y con todo cerrado porque si abres la ventanilla o pones el aire, el ruido va a hacer que sea imposible que te oiga tu interlocutor.
Cuando termine la entrevista, y tu interlocutor te diga que se lo pensará, y que ya si eso se pondrá en contacto contigo (por correo para darte las gracias por participar; por teléfono para concertar una entrevista presencial), no sufras, porque para entonces te habrás vendido tan bien que estarás convencida de que mínimo querrán conocerte. Y por supuesto, cuando te manden de nuevo el formulario de rigor, escríbeles preguntando cuál era el programa ese que te han preguntado si conocías y te has quedado mirando el infinito como esperando que mágicamente te viniese a la cabeza la imagen para saber si lo conocías, que lo mismo te sirve conocerlo para otra entrevista…
El día siguiente, cuando tu teléfono comience a vibrar con tu actual jefe al lado mirando tu pantalla del ordenador, intentando discernir qué son esos números y letras que aparecen formando un lenguaje de programación, intenta no entrar en pánico. Sí, es él, lo sabes, tu hype se encargó de memorizar su número, pero no, no es el mejor momento para cogerlo. Espera… espero por lo menos hasta que tu jefe se haya marchado… Sabes que tarde o temprano lo hará. Sé paciente.
Cuando te encuentres en la soledad de tu oficina, triste, acalorada (porque tu jefe quiere ahorrar en luz y te mira mal cuando enciendes el aire acondicionado), entonces es cuando debes coger tu teléfono, respirar hondo y devolver la llamada.
¡Sí! ¡Entrevista el lunes! Pero eso ya lo sabías. En una semana has pasado del descubrimiento a la sobre excitación más… ¿desbordada?¿absurda? Bueno, ¿eso qué importa? El lunes viste la oferta, el martes te descartaron, el miércoles preguntaste los motivos, el jueves te entrevistaron por teléfono, el viernes te confirmaron que tendrías una entrevista presencial, y el lunes… Bueno, vayamos por partes…
Ahora llega la parte más importante, como la entrevista la tienes el lunes, pásate el fin de semana elucubrando qué pasará el lunes. Plantéate diferentes supuestos, conversaciones, salidas a preguntas incómodas. ¡Todo! Imagina todo aquello que podría pasar, esto hará que tu hype aumente por segundos, y sabes que, aunque trabajas mejor bajo presión, si llegas con diferentes opciones, será más fácil que todo salga perfecto.
Y el lunes… el lunes… el lunes madruga, prepárate, ponte guapa, echa los tacones al maletero, porque llevas todo el verano en chanclas ¡pero así no se va a una entrevista que llevas preparando una semana! Sal del trabajo con ansias, quieres llegar antes de la hora que te han dicho, hora que además han elegido para que puedas asistir, es una hora especial para ti. Las dos y media de la tarde. ¿Qué tipo de empresa te hace una entrevista a esa hora? Pues está claro, ¡una que está interesada en ti! ¡Esto ya está casi conseguido! ¡Mierda! En tu oficina no hay baño y con los nervios ¡llevas miccionándote desde las once de la mañana! No pasa nada, primero lo primero, ve al baño, que en ese estado sabes que no eres capaz de pensar, la hinchazón de tu vejiga rompe todas las comunicaciones entre tus neuronas. Una vez que ya te has quedado relajada, busca la puerta de la oficina, llama, sonríe, paso firme y hacia delante.
Cuando entres en la sala de reuniones, estudia tu alrededor. Una mesa grande, sillas cómodas, una pizarra con palabras claves escritas en azul, y a tu espalda lo que debe ser un office… Cuando lleguen no te muestres nerviosa, recuerda, sonríe e interpreta tu rol, llevas años practicándolo, debes parecer segura de ti misma, orgullosa de tu experiencia, de tus esfuerzos y méritos. Sonríe. ¡No, no! No tuerzas el gesto cuando te anuncien que te harán un examen, ¡no! ¡Ellos olerán el miedo! Tranquila, sabes hacerlo, llevas años haciéndolo. Eso, cambia de tema, hablad de cosas importantes. No, no seas bocazas, no digas eso… Ni eso… ¿por qué te estás haciendo esto? No parezcas necesitada, no hables mal de nadie, ponte derecha, no cruces los brazos, ¡¡no te quejes, por dios!! Con lo guapa que habías salido de casa esta mañana y tenías que abrir la boca… Bueno… no pasa nada, ahora la prueba, seguro que será algo fácil, llevas haciendo esto años… ¡Anda, mira! Si hasta te sientan en un Mac… ¿Por qué miras el enunciado con cara de retrasada? Céntrate, es fácil, es lo que haces siempre… ¿por qué quieres hacer una campaña de Ads en un psd? Bueno, vale, haz primero el diseño del Newsletter… vale… “Te quedan 5 minutos”, ¿¿¿WTF??? Eso no puede ser, si acabas de empezar… oh… pues sí que llevas 35 minutos haciendo el imbécil… ¡Venga! Abre un editor de texto y empieza a escribir un texto sugerente, palabras clave, palabras negativas, anotaciones de esas que le haces a tus clientes para venderles una idea… ¿Qué estás haciendo metiendo tantísimo texto en un anuncio? Si Facebook te bloquea los anuncios con más de tres palabras… “Bueno, se acabó el tiempo, ¿has acabado?”. ¿Qué es eso que te cae por el labio? ¿es babilla? ¿estás bien? ¿te ha dado un ictus? Respira… respira y… bueno, mira, por mucho que lo intentes, tu argumento no hace más que empeorarlo todo, así que mejor cállate y vete… no sé… haciendo la croqueta, mismo. ¡No, no, no mires por la ventana! Tarde, ya has visto las caras de decepción de tus entrevistadores. Huye. Huye lejos y no mires atrás. La has cagado tanto que mejor ni te llamen para darte las gracias por participar, con un correo al menos te ahorrarás la vergüenza….
Y no, no te preocupes, por que al día siguiente conocerás a otra empresa, con una oferta mejor, más para ti, y te enamorarás… Te citarán el jueves, también a las dos y media para que puedas ir, y cuando llegues te sentirás como en casa… y quien sabe, lo mismo 7 días después te den una alegría y te confirmen que en septiembre podrás dejar el trabajo que tienes de lunes a sábado para trabajar en una agencia que te ha enamorado en tan sólo dos conversaciones por chat y 30 minutos en persona… y al final, este #LunesDeMierda sólo haya sido otro lunes más… Y si en esta tampoco te cogen, pues nada, a seguir buscando...